El centro de gravedad político pasa por la Comunidad de Madrid PDF Imprimir E-mail
Escrito por Julio Rodriguez   
Lunes, 29 de Marzo de 2021 08:05


El centro de gravedad político pasa por la Comunidad de Madrid

  24 marzo, 2021

 Julio Rodríguez López

El 4 de mayo de 2021 los ciudadanos residentes en la Comunidad de Madrid podrán votar para decidir la composición de la Asamblea de dicha Comunidad. Los confinamientos derivados de la lucha contra la pandemia del Covid-19 han afectado seriamente a los niveles de actividad y de empleo de esta autonomía. La política a seguir para superar la incidencia de la pandemia debe atender a mantener un mayor equilibrio territorial y también a reforzar los bajos niveles relativos de servicios sociales, entre los que destaca la educación, la sanidad y el acceso a la vivienda.

En la Comunidad de Madrid había 6,8 millones de habitantes a 1º de julio de 2020. Dicha población se sitúa sobre una extensión de 8.028 kilómetros cuadrados, el 1,6% de la superficie de España. La Comunidad de Madrid sólo es más extensa que las autonomías del País Vasco, Baleares, Canarias y Rioja. La fuerte concentración humana implica una alta densidad de población, unos 842 habitantes por kilómetro cuadrado en 2020, casi nueve veces superior a la de España (94 habitantes/km2). La Comunidad de Madrid, con 6,8 millones de habitantes, era la tercera autonomía de España en población, detrás de Andalucía y Cataluña.

EUROPA PRESS

La situación económica de Madrid no justifica que la recuperación pospandemia descanse sobre todo en el sector de la construcción residencial. Esta autonomía depende en gran parte de los servicios de mercado y ha perdido importantes enclaves industriales

Sobre el 1,6% de su superficie vive el 14,2% de la población de España. Por otra parte, más de la mitad de la población de la Comunidad de Madrid reside en municipios diferentes al de la capital, en un territorio más bien reducido. Dicha circunstancia acentúa la trascendencia de la política que debería desarrollarse desde la institución autonómica, en especial en materia de gobierno del territorio. Dicha política territorial es competencia exclusiva de la autonomía madrileña, aunque en los últimos años no parece existir una política que merezca esa denominación.

 

La Comunidad de Madrid en la economía española

De acuerdo con la última estimación de la Contabilidad Regional del INE, en la Comunidad de Madrid el PIB por habitante de Madrid (35.913 euros) superó a la media de España en un 35,9% en dicho ejercicio. En 2019, con un PIB de 240.130 millones de euros, la Comunidad de Madrid supuso el 19,3% del PIB de España, la mayor aportación al total nacional, superior a la de Cataluña (19,0%), que es la autonomía que viene a continuación. Desde 2018 Madrid ocupa el primer puesto en cuanto a nivel absoluto del PIB en las estimaciones del INE sobre Contabilidad Regional de España.

En cuanto a la composición del PIB en 2019, en Madrid destaca el mayor peso de los servicios (86,2% del PIB) que en el conjunto de España (77,1%). Dicha diferencia se concentra en los servicios destinados a la venta, entre los que destaca la fuerte diferencia a favor de Madrid de actividades como Información y Comunicaciones, Actividades Profesionales y Administrativas, Actividades Financieras y Seguros, cuyo peso es significativamente mayor en Madrid que en España. En cuanto a los servicios no destinados a la venta, básicamente Administraciones Públicas, el peso de los mismos es inferior en Madrid (13,7%) que en España (16,3%). Este último dato puede indicar que el nivel de prestaciones sociales gestionadas desde la autonomía de Madrid es inferior al de la media de España.

El sector industrial de Madrid (excluida la construcción) supone la segunda concentración de empresas de este sector de actividad en España, después de Cataluña. Dicha concentración persiste a pesar de que el intenso crecimiento inmobiliario de los últimos años ha expulsado a numerosas empresas industriales de Madrid, especialmente hacia la autonomía de Castilla-La Mancha. El peso de la industria en el PIB de Madrid, el 9,0%, queda lejos del 14,3% de la media de España. Dicha participación de la industria es sólo superior a la de las Islas Canarias y Baleares.

 

Una autonomía con un difícil acceso a la vivienda

Según la Encuesta Continua de Hogares del INE, el número de hogares ascendió en Madrid a 2.612.600 en 2019, el 14% de España, detrás de Cataluña y Andalucía. Entre 2013, primer año en el que se realizó dicha encuesta, y 2019, el aumento acumulado del número de hogares en Madrid fue el 4,6%. Dicho aumento sólo fue superado por Canarias (5,5%) y se le aproximó Baleares (4,4%). Esta última comparación revela que en la etapa de recuperación experimentada entre 2014 y 2019, el crecimiento de los hogares en Madrid estuvo en línea con el de las autonomías en las que dicha recuperación fue más intensa en España. Dicha recuperación se apoyó en el importante crecimiento de las actividades relacionadas con el turismo. Entre 2014 y 2019 la variación media anual neta del número de hogares en Madrid fue de cerca de 19.300 nuevos hogares netos, el 28,3% de la variación de España.

La Comunidad de Madrid tenía en a 31 de diciembre de 2019, según estimación del Ministerio de Fomento, un total de 3.011.081 viviendas familiares, por debajo de Andalucía, Cataluña y Valencia. En dicha fecha, la proporción de viviendas familiares no principales (secundarias y vacías) en la Comunidad de Madrid era la más baja de España (9,6%, frente a un total nacional del 25%). Esta situación revela una mayor presión de la demanda de viviendas sobre la oferta en la Comunidad de Madrid.

En la Comunidad de Madrid destaca el elevado valor de los inmuebles. Después de la fuerte recesión inmobiliaria transcurrida en España entre 2008 y 2013, la recuperación del mercado de vivienda fue significativa hasta 2019, destacando Madrid por la mayor intensidad de dicha recuperación. El precio medio de tasación de España en el último trimestre de 2020 ascendía a 1.622,3 euros/m2, mientras que en la Comunidad de Madrid el precio medio se elevó a 2.574 euros/m2, un 58,7% por encima de la media de España.

El crecimiento de los alquileres en la etapa de recuperación del mercado de vivienda entre 2014 y 2019 fue espectacular. Así, en febrero de 2021, según el portal inmobiliario Idealista, tras el descenso registrado en 2020 por la caída de la demanda derivada de la pandemia, el precio medio del alquiler en la Comunidad de Madrid se situó en 13,9 euros/m2-mes, el mayor entre las autonomías y un 28,7% superior al alquiler medio de España, 10,8 euros/m2-mes. La baja calidad de los empleos creados después de 2013 ha desviado la demanda de vivienda hacia el alquiler privado. La ausencia de un parque de viviendas sociales de alquiler se deja sentir en la Comunidad de Madrid, donde el conjunto de viviendas de dichas características asciende a sólo 20.693 viviendas, el 0,7% del total de viviendas principales (9,3% en la Unión Europea). La diferencia del esfuerzo preciso para acceder a una vivienda entre Madrid y el resto de España, acentuada en la etapa de recuperación posterior a 2013, tiene carácter crónico. Acceder a una vivienda en Madrid, tanto en propiedad como en alquiler, resulta bastante problemático para un hogar joven de nueva creación.

Según la Encuesta de Condiciones de Vida del INE, el ingreso medio anual por persona ascendió a 14.199 euros en 2019, casi un 22% superior al nivel medio de España, aunque le superó el País Vasco en el nivel de dicha variable. La tasa de riesgo de pobreza afectó en 2019 al 19% de los hogares de Madrid, proporción inferior a la media de España (25,3%) pero muy superior a la de la autonomía en la que dicho riesgo de pobreza es menor, que es Navarra (11,7%).

En cuanto a los problemas de los hogares, Madrid supera a la media de España en intensidad del problema de “ruidos por vecinos” (18,6% de los hogares), “contaminación y problemas ambientales” (19,1%) y “delincuencia y vandalismo” (19%).Un 30,9% de los hogares de Madrid carece de recursos para hacer frente a imprevistos. En la Comunidad de Madrid la presión fiscal es inferior a la media de España en el apartado correspondiente a los impuestos cedidos. Destaca el tipo impositivo aplicado en el tramo cedido del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, el menor de las 17 comunidades autónomas. El Impuesto sobre el Patrimonio apenas se recauda en esta autonomía y los tipos impositivos de los impuestos de Sucesiones y Donaciones están entre los más reducidos.

La nueva Ley del Suelo de la Comunidad de Madrid, aprobada en 2020, pretende acelerar los procesos de desarrollo inmobiliario. Dicha norma puede favorecer un urbanismo disperso, llenando más el territorio rustico de enclaves edificados. La nueva norma permite hacer derribos con una simple comunicación, y también efectuar cambios de uso de la vivienda sin necesidad de solicitarlo.

La situación económica de Madrid no justifica que la recuperación pospandemia descanse sobre todo en el sector de la construcción residencial. Esta autonomía depende en gran parte de los servicios de mercado y ha perdido importantes enclaves industriales. Los desarrollos inmobiliarios que se pretende impulsar no aumentarán el número de viviendas asequibles y no se abaratará la vivienda. Nada indica que en la actual política urbanística de la Comunidad de Madrid se pretenda incrementar el casi inexistente parque de viviendas sociales de alquiler en la Comunidad de Madrid. La incidencia de la pandemia está resultando ser muy acusada en la Comunidad de Madrid. Las diferentes encuestas del INE revelan la presencia de una creciente desigualdad en los niveles de renta disponible de los hogares. El Gobierno que resulte de las elecciones convocadas para mayo de 2021 tendrá, pues, abundantes problemas que atender, todos ellos acrecentados tras el largo periodo de pandemia.


Vocal del Consejo Superior de Estadística del INE. Doctor en CC. Económicas por la UCM (1977). Es Estadístico Superior del Estado, en situación de excedencia, y Economista Titulado del Banco de España, en situación de jubilación. Ha sido consejero de Economía de la Junta de Andalucía, presidente del Banco Hipotecario de España, presidente de Caja de Ahorros de Granada, presidente del Consejo Social de la Universidad de Granada y gerente de la Universidad de Alcalá de Henares. Actualmente es miembro de Economistas frente a la Crisis y de la Plataforma por una Banca Pública.


Última actualización el Lunes, 29 de Marzo de 2021 08:08
 
La cuestión madrileña PDF Imprimir E-mail
Escrito por Aurora Ruiz   
Miércoles, 24 de Marzo de 2021 07:50

                                Os invitamos al debate abierto sobre

                            La cuestión madrileña

   

Ponente: Aurora Ruiz

 

Fecha: viernes 26 de marzo de 2021

Hora: 19,00

 

Lugar:      On-line mediante la plataforma Meet de Google

                   (Todos los invitados recibirán un correo para adherirse a la reunión).

 


Última actualización el Miércoles, 24 de Marzo de 2021 07:53
 
La situación catalana PDF Imprimir E-mail
Escrito por José María Margenat   
Martes, 23 de Febrero de 2021 07:53

 


                           La situación catalana

   

Ponente: José María Margenat

Profesor de filosofía jubilado, catalán,  buen conocedor de la actual situación política catalana.

  

Fecha: viernes 26 de febrero de 2021

Hora: 19,00

 

Lugar:      On-line mediante la plataforma Meet de Google

                   (Todos los invitados recibirán un correo para adherirse a la reunión).

 

 


Última actualización el Martes, 23 de Febrero de 2021 07:55
 
Populismos y populares: argumentos para un debate PDF Imprimir E-mail
Escrito por Alfredo Liébana Collado   
Jueves, 04 de Febrero de 2021 08:31


 

Populismos y populares: argumentos para un debate

Existe desde siempre un uso y un abuso de estos términos en el debate político, unas veces por razones míticas y otras por incitación a la confusión. Este artículo es el resultado de una reflexión suscitada por el debate en una de las reuniones mensuales del colectivo del Ateneo “Socialistas para el debate” que ha tenido que desarrollarse por vía telemática por las dificultades para relacionarse presencialmente.

En su intervención inicial Enrique Guerra hizo un repaso histórico sobre el uso del término populismo y popular: a) En la antigua Roma se usaba SPQR “Senatus Populus que Romanus”, en él se basaba la referencia de origen del poder, donde el pueblo estaba representado en sus senadores y tribunos; b) El término entre los primeros cristianos, reflejaba el pueblo (de Dios) cristiano frente al infiel; c) Pueblo en la revolución francesa excluía a los aristócratas, y posteriormente a los dirigentes de la Iglesia; d) En el Siglo XIX el marxismo se refiere al Pueblo como al conjunto de los trabajadores, sobre todo los industriales, en palabras de Marx; e) Complementado posteriormente por Mao con la inclusión del campesinado (situación lógica al existir en China pocos trabajadores industriales); f) Gramsci en Italia incluye en su análisis a los intelectuales, conformando el término “Mundo del Trabajo y de la Cultura”; g) El término que se acuña en el Nacionalsocialismo es el Pueblo Nacional, que luego se transforma en el Pueblo de la Raza Aria; h) En Italia se incorpora el Orgullo Imperial Romano; i) En el franquismo durante la guerra civil el concepto de pueblo se establece en la España eterna frente a la anti-España.

Margaret Thatcher.

Más modernamente: j) En la democracia española los constituyentes configuran el gobierno del Pueblo (sobre esto haremos otro artículo sobre el desarrollo constitucional); k) Analizando el caso paradigmático de Margaret Thatcher en Gran Bretaña realmente resulta estar al servicio del poder de las minorías financieras (su objetivo es reforzar el orgullo inglés del Imperio, ahora de base financiera y no territorial, anteriormente tenían el nuclear, pero la guerra de las Malvinas hace que aumenten considerablemente su apoyo, al reforzar ese espejismo del Imperio soñado), y aprovechando lo anterior se combate sin descanso a los sindicatos llamándolos corruptos, pero su objetivo, fuera de la demagogia utilizada, es romper una sociedad organizada para destruir las bases de la soberanía popular y los difíciles equilibrios existentes desde largo tiempo atrás, construyendo una nueva legitimidad social: la del aumento de la prosperidad colectiva, que resulta ser al final la de unas minorías (sobre todo las financieras), pero que obtienen mayorías electorales por otras circunstancias, como el orgullo patrio, la articulación de la propagación del odio social y el temor ante los conflictos, resultado de la acelerada desindustrialización y entre otros sectores el abandono de la minería que era predominante en determinadas zonas del país y que produce como consecuencia un paro y un hastío entre los trabajadores con las sucesivas derrotas laboristas y provoca la escisión de las clases medias hacia el partido liberal demócrata, pero que provoca una situación de esterilidad al ser tan mayoritario el sistema electoral.

Como consecuencia de esta intervención introductoria la principal reflexión que requiere hacerse es definir los términos populismo y popular huyendo de interpretaciones interesadas, por lo que lo mejor es ir a la RAE, donde se indica: “El populismo es la tendencia política que pretende atraerse a las clases populares” y popular sería “perteneciente al pueblo”; “perteneciente o relativo a la parte menos favorecida del pueblo”; “Que es estimado o al menos conocido por el público en general”, entre otras acepciones similares.

Partiendo de lo anterior al estudiar los populismos estamos utilizándolo habitualmente como un término peyorativo, mientras popular es una acepción siempre positiva. Pero, ante esto ¿qué partido no pretende atraerse a las clases populares en una sociedad? Concluiríamos por lo tanto, que todos los grupos políticos articulan sus propuestas como populistas, pero ¿cuál es la razón del empleo de ese uso tan peyorativo que utilizan unos frente a otros? Por ejemplo, en España el Partido Popular no representa a las clases populares, sino a grupos sociales de clases altas (claramente exclusivistas), sectores de clase media, grupos de raíz religiosa, liberales económicos, residuos franquistas, etc…; Realmente estos grupos insisten luego permanentemente en formalizar agrupaciones con una distinción del resto, por lo tanto en una discriminación. Así ocurre con la enseñanza y con la sanidad pública.

Si observamos por ejemplo el caso del populismo en la enseñanza, muchos insisten en llevar a sus hijos a un colegio privado porque necesitan diferenciarse y no mezclarse con el pueblo llano, es decir se articulan frente al pueblo, que es la raíz de la enseñanza pública. Curiosamente un sector de los más humildes y de algunos sectores de clase media (en lenguaje actual) quieren salir también de ese concepto general de pueblo para progresar a otra clase social. Gracias a la peculiar presencia en España de los centros privados concertados, enredo por el que el Estado subvenciona a un sector de la enseñanza, sobre todo a centros religiosos, para dar formalmente una enseñanza de forma gratuita al no asumir el Estado sus propias responsabilidades como administración, produciéndose en algunos casos por razones económicas, en otros por razones religiosas, o simplemente por la desidia y cobardía de los gobernantes -factor de lo más habitual-, y que contienen una raíz histórica en la importante presencia de la enseñanza religiosa previamente a la transición política (al ejercer el control social durante el franquismo), pero provocando como consecuencia ante el mantenimiento de ese privilegio la respuesta airada de las clases más pudientes, obligando a distinguirse por la fórmula de los privados-privados, centros muy selectos con servicios complementarios de imposible alcance al resto, como por ejemplo con un bilingüismo muy reforzado, actividades deportivas más costosas, etc …. Mientras en los centros públicos y concertados se hacen remedos, que merecen otros comentarios más extensos.

Si analizamos la historia, el populismo siempre aparece en situaciones de crisis. ¿Pero… el populismo es de izquierdas, o de derechas? Actualmente en la izquierda el concepto de pueblo está variando del concepto antiguo basado en las clases sociales, a otros nuevos de carácter transversal al incluir en sus movilizaciones a movimientos reivindicativos como el ecologismo, feminismo, los derechos de la diversidad sexual, etc…

En España y en Europa la izquierda moderada ha tenido una fuerte presencia en los gobiernos hasta hace poco tiempo, pero empiezan a surgir otros movimientos conservadores, que consolidan opciones de organización social, como los que llevan a Aznar y a la Thatcher al poder. En España los argumentos de la derecha son simples y transversales, defensa de la bandera española hasta en la sopa (para luchar contra la mitología en la izquierda de la bandera republicana, a pesar de que la composición del actual escudo que figura en la bandera fue colocado por la izquierda para eliminar el anterior escudo franquista en un intento de consenso social); la cruz que aglutina los sentimientos religiosos de un amplio sector cristiano de la sociedad, aunque muchos de esa confesión tengan otras ideas sociales; la familia como unidad básica de convivencia, como si el resto no la tuviera, etc… En resumen, aglutinar por los sentimientos a la población, aunque luego lo que se quiera defender sean los intereses de grupos sociales consolidados y sean contradictorios con los intereses reales de muchos de los que les apoyan. La izquierda por el contrario, pretende moverse más en el ámbito de la razón y el progreso, aunque también participa de unos enfoques sentimentales que sirven para conformar una base social de unidad, uno de ellos todavía que sigue siendo muy fuerte, es el distanciamiento de la dictadura, ya que en España la derecha sigue sin desmarcarse del lastre del franquismo, y muchos de sus miembros insisten en seguir viéndolo con complacencia y decir que esas son batallas del abuelo, siendo la responsable de esa actitud, entre otras, los programas escolares de historia en el Bachillerato que se centran en épocas no conflictivas actualmente, aunque en su época siempre lo fueron.

Pablo Iglesias.

La aparición reciente en España del movimiento de los indignados ha dado lugar a un nuevo concepto de pueblo, basado en una lucha contra los poderes de lo establecido, frente a las carencias de los partidos consolidados y ante su escasa presencia entre determinados sectores sociales, especialmente los jóvenes, de ahí surgen movimientos como PODEMOS, al articularlos rápidamente líderes en Madrid como Pablo Manuel Iglesias, o en Barcelona el movimiento de los indignados de Ada Colau centrado en el tema de los deshaucios de viviendas, así como la plataforma de afectados por las hipotecas, surgidos ante la rapiña de determinadas entidades financieras y sociedades inmobiliarias, así como ante las escasa atención de los gobiernos y la persistencia de carencias de ayudas sociales hacia los sectores más golpeados en las últimas crisis que habían dado lugar a un alto número de parados. En este último asunto, en otros países europeos, por el contrario existen unas ayudas a la vivienda a esos sectores pauperizados que evitan esa crispación social. Estos movimientos nuevos tienen una raíz en algunos países americanos, en algún caso claramente de raíz peronista y que trasladan esos gritos de “si se puede” para movilizar a esos sectores desasistidos de representación (ver la película de Ken Loach “Pan y rosas” donde en el año 2000 se utilizaban esos términos en las reivindicaciones sindicales del sector de limpieza por los inmigrantes centroamericanos), huyendo descaradamente de decir que eran de izquierda, hablando de arriba y abajo en un cinismo para incautos y que desprecian inicialmente a los sindicatos como lo viejo y ellos representando a lo nuevo. Su dinámica era articular un movimiento entre los jóvenes que no habían sido educados en la historia de nuestro país y que estaban encantados con la nueva moda y desarrollaban en el espíritu gregario característico de esa edad, luego un partido y por último se convertían en un modelo autocrático sin intermediarios dispuesto a alcanzar en poder (totalmente peronista) intentado ser interclasistas, algo que está presente en el gobierno de coalición actual en el Estado, o en el similar del Ayuntamiento de Barcelona.

En el ámbito de la derecha el aglutinamiento producido por los Kikos de Arguello ha conseguido arrastrar con el movimiento Camino Neocatecumenal a un sector de católicos que se encontraba desarticulado, a una participación de mayor compromiso religioso, pero de indudable influencia social, como lo hicieron en otro momento histórico algunas órdenes religiosas como los jesuitas o los franciscanos.

Donald Trump.

Trump es una muestra exacerbada de este populismo en EE.UU, su estrategia era evitar intermediarios (contra el periodismo, hasta la FOX le ha abandonado en el recuento y le ha llamado mentiroso), él representa al pueblo al haber ganado las elecciones y se conecta con él directamente, utiliza Twitter, con mensajes cortos y sin respuesta, con lo que consigue tener cientos de miles de seguidores. De esta manera se llega a una situación donde Trump niega sin pudor lo evidente, como la pandemia, desprecia al Congreso y el Senado, incluso lo hace a sus propios colaboradores, a los que cambia constantemente cuando no siguen a la misma velocidad sus afirmaciones enloquecidas, y por el contrario manteniendo una alta popularidad, lo que dice poco de la sensatez de amplios sectores de la sociedad americana. Por fin en el último proceso electoral ha perdido el gobierno, pero su presencia ha movilizado nada menos a un 46,8 % de los votantes y con solo 43.000 votos más en tres Estados (Arizona, Georgia y Wisconsin) podría haber ganado, a pesar de que Biden obtuvo 81,2 millones frente a los 74,2 millones de Trump, al estar el sistema electoral norteamericano basado en la representación de unos electores por los Estados y no por el voto directo.

Al final podríamos concluir que el populismo es una estrategia para alcanzar el poderno una ideología, por lo tanto los populismos crecen en las crisis, pero después de alcanzar el poder, se convierten en estructuras similares a las que pretenden sustituir, con la diferencia de que al estar promovidas con un fuerte liderazgo carecen de los controles y condicionantes que tienen los partidos políticos. Todo gobierno desea no tener ningún condicionante, por ejemplo en Inglaterra los congresos son anuales, a diferencia de España, lo que permite orientar las crisis de liderazgo y popularidad con más margen y no producir situaciones tan dramáticas.

 

 


 
POPULISMO: DE SIGNIFICADOS CONFUSOS A ESTRATEGIA DE DEMOCRACIA RADICAL PDF Imprimir E-mail
Escrito por Enrique Guerra   
Sábado, 30 de Enero de 2021 15:07


POPULISMO: DE SIGNIFICADOS CONFUSOS A ESTRATEGIA DE DEMOCRACIA RADICAL

Enrique Guerra

1.- INTRODUCCIÓN HISTÓRICA.

              A nadie se le oculta que la tan gastada palabra “populismo” procede en realidad del término latino populus, que tiene un significado distinto al de plebs: el primero  se refería al pueblo organizado, al populus del Senatus populusque romanus (SPQR), que intervenía en los asuntos públicos a través de los comicios, donde muchos políticos empezaron su carrera como tribunos: El caso de Julio César puede ser el más significativo, apoyándose en el pueblo frente a la oligarquía tradicional para ascender en su meteórica carrera (cursus honorum).

      Un segundo momento se puede encontrar en el significado cristiano de Pueblo de Dios, que recoge un sentido excluyente de quien no forma parte del mismo (paganos, etc), muy ligado al viejo sentido de Pueblo elegido, de tradición judía.

       En la Revolución Francesa se excluye del concepto de pueblo, en este caso dinámico y revolucionario, a los altos estamentos, la nobleza y la alta Iglesia;

  En el marxismo el pueblo lo forman fundamentalmente los trabajadores, en especial los trabajadores industriales, aunque posteriormente, en otras interpretaciones se añada a los campesinos y al “intelectual orgánico” (Gramsci).

      Como vamos observando, el concepto de pueblo, pues, es complejo y frecuentemente manipulado: El fascismo y el nacionalsocialismo dan una visión sublimada del pueblo, englobando a todos los que forman homogéneamente una determinada nación, “el pueblo alemán”, del que se excluye a quien no forme parte de una raza superior, la aria, elemento necesario de ese “pueblo perfecto”; en Italia el elemento aglutinador será el orgullo italiano del viejo Imperio, con una escala de valores establecidos por la teoría fascista, como en la España franquista se precisaba el concepto de pueblo que representaba la España Eterna frente a la Anti-España.

 2.- ESTRATEGIAS. Manipulación constante, pues, del significado de pueblo. Con estas manipulaciones se crean los populismos, o, más bien “las estrategias populistas”. El populismo se ha definido como “un ánimo constituyente sobre cómo configurar el autogobierno del demos” (Ernesto Laclau y Chantal Mouffe: “Hegemonía y estrategia socialista. Hacia una radicalización de la democracia”. Ed. Siglo XXI, Madrid).  Margaret Thatcher hablaba del “pueblo” contra el poder de minorías financieras, sindicatos corruptos y beneficiarios de ayudas estatales”, en nombre de la libertad individual lastrada por normas y políticas que la recortaban, consiguiendo así el triunfo del individualismo neoliberal, y de paso la desaparición de una sociedad organizada y de hecho la desaparición de la soberanía popular, que quedará en manos de élites privadas, ni siquiera elegidas (especialmente en lo referente a las decisiones económicas) todo  “en nombre de la libertad”. Hoy nos resulta bastante conocida esa música.

      El populismo es, pues, una estrategia:

-  No es un régimen político

-      No es una ideología

Desde una óptica de izquierdas es una estrategia para recuperar y radicalizar la democracia. Desde una posición de derechas es una estrategia para recuperar y realzar “valores tradicionales” de una hegemonía conservadora que permita mantener el viejo poder oligárquico, claro está que con otra fachada atractiva para sectores incómodos en una situación de crisis.

3.- ¿HAY, PUES, ¿UN POPULISMO DE IZQUIERDAS Y OTRO DE DERECHAS?

         Por parte de la izquierda se quiere superar, desde una estrategia populista, la ideología clásica marxista. El progresismo contemporáneo ya no se enardece con la dualidad Capital versus Trabajo. Tanto la socialdemocracia (hegemónica desde 1945 hasta los 80) como el comunismo quedaron estancados al mantener, o intentarlo, un “esencialismo de clase”  que les llevó a desconfiar de los nuevos movimientos que no se expresaban en términos de clase social: Ecologismo, feminismo, LGTBI, etc, considerándolos un “populismo sin futuro”, mientras intentaban mantener un statu quo representado, como decíamos, por la socialdemocracia desde 1945 hasta los 80 en Occidente o por el comunismo en la Europa del Este. Esta situación de hegemonía de la izquierda clásica en sus dos vertientes entra en crisis en esos últimos años, y será superada por el neoliberalismo que brota y se extiende desde las posiciones thatcherianas.

       Es entonces cuando la estrategia populista de derechas se ha impuesto hegemónicamente.

4.- POPULISMO Y CRISIS

      La estrategia populista aparece en momentos de crisis. Desde las crisis del siglo XIX hasta las del XX (1929), que desembocaron en los diversos fascismos (no confundir populismo con fascismo: Éste rechaza abiertamente la democracia) el populismo es encontrado siempre en momentos de cambio. En España, la CEDA de Gil Robles es un buen ejemplo de populismo de derechas: Clásica llamada a las clases medias y al campesinado frente a la revolución social (que siempre se considera inmediata), grandes concentraciones multitudinarias, defensa del catolicismo más conservador, pero sin acabar, de momento, con la democracia formal (hasta su implicación en el golpe de 1936).´

         La hegemonía socialdemócrata, constructora tras la II Guerra Mundial del Estado del Bienestar, peligrará a partir de la crisis, diversidad, del petróleo de 1973, que dará alas a una estrategia populista de derechas, desembocando en el thatcherismo neoliberal.

 5.-     Hoy, tras la crisis de 2008, puede abrise camino una estrategia populista de izquierdas.  En el noeliberalismo se impuso la postpolítica: Son las élites oligárquicas quienes controlan la nueva situación, aumentando la desigualdad, las privatizaciones, el desmontaje del Estado del Bienestar.

       La izquierda tradicional aparece desorientada. La situación crea una frontera entre “los de arriba” (los partidos tradicionales) y “los de abajo” (los inconformistas indignados). Aparece así lo que se viene en llamar “populismo de izquierda” (Chantal Mouffe: “Por un populismo de izquierda”, Ed. Siglo XXI, Buenos Aires, 2018).

      Se creará a través de una “voluntad colectiva” que englobe las aspiraciones populares: Trabajo, salud, educación, diversidad, feminismo, defensa y derechos de los diferentes…. Con el fin de recuperar y radicalizar la democracia tradicional, renovándola sin renunciar a los valores de libertad e igualdad.

      Así se va construyendo, en lucha contra las diferentes formas de subordinación (explotación, opresión, discriminación) el concepto de PUEBLO: “construcción en lucha”. Ésta ha de ser articulada; si no hay articulación las diversas formas de protesta pueden agotarse sin resultados, o desviarse hacia un populismo de derechas.

    Esta articulación no necesita perentoriamente un líder, aunque éste puede surgir, pero en ese caso ha de respetar siempre la heterogeneidad del movimiento evitando todo autoritarismo (característica, el autoritarismo, del populismo de derechas, junto con la homogeneidad).

       Para terminar, el populismo de izquierda, siempre horizontal, ha de incorporar de algún modo los afectos. La izquierda, por definición, es racionalista y ha desconfiado de los afectos, pero éstos forman parte la política: La derecha ha sabido siempre utilizarlos en su provecho: la patria (a su estilo), la bandera, los jefes. Anteponiéndolo a la razón.

   Sin embargo, nunca hay que oponer razón y afectos: Éstos son importantes en la construcción de identidades políticas y un arma eficaz, con capacidad de llegar a mucha gente y movilizar muchedumbres. Nuestra Historia es un buen ejemplo.

Enero de 2021.




Última actualización el Sábado, 30 de Enero de 2021 15:13
 
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