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Escrito por Colectivo SpD   
Jueves, 12 de Enero de 2012 00:00


Titulo: PSOE: Difícil coyuntura

Fecha: Diciembre2011/Enero2012

Autor: Colectivo SpD


El Partido Socialista ha perdido las elecciones legislativas de manera estrepitosa. El Partido Popular alcanza la mayoría absoluta, lo que le permite gobernar en solitario sin necesidad de ningún grupo minoritario del Congreso de los Diputados, nacionalistas o no nacionalistas. Ha conseguido igualmente mayoría absoluta en el Senado, de forma que no existe riesgo de retrasos en la aprobación de las leyes que considere oportuno sacar adelante.

El resultado era el previsible, así lo habían anunciado la mayoría de las encuestas que se fueron publicando a lo largo del ultimo año, incluidas las del Instituto Nacional de Estadística; mayoría absoluta para el Partido Popular. 


La crisis económica y la burbuja inmobiliaria.


Las causas de esta derrota anunciada tienen orígenes diferentes. Una de ellas es el deterioro de la situación económica, derivada del estallido de la crisis financiera internacional y su confluencia con el esperado pinchazo de la llamada burbuja inmobiliaria en España.

La caída en vertical del sector de la construcción y de los subsectores asociados a ella ha generado una abrumadora destrucción de puestos de trabajo y ha puesto en evidencia la insostenibilidad de una economía basada en un sector, que debiendo haber sido auxiliar, se había convertido en eje central de la economía, basado, en cuanto a la construcción de viviendas, en una demanda virtual y especulativa y en lo referido a la ejecución de obra publica, a su sostenimiento para el supuesto prestigio regional e individual de los gobernantes locales auxiliados por la Cajas de Ahorro como instrumentos financiadores de proyectos de dudosa rentabilidad social y económica, lo que a la postre ha supuesto su intervención y puesta en cuestión como entidades financieras publicas.

Las consecuencias de estas políticas de vivienda han hecho estragos en el sector financiero, con una deuda de dudoso cobro, unos activos depreciados y un incremento del endeudamiento externo, que a su vez hace disminuir el crédito hacia las pequeñas y medianas empresas. En las familias que han adquirido viviendas con hipotecas concedidas con grandes facilidades y no pueden ahora hacer frente a sus pagos, las consecuencias son dramáticas.

En cuanto a las políticas de desarrollo regional, han derivado en un incremento del déficit de la CCAA y del hundimiento de muchas Cajas de Ahorro. Sin entrar a considerar la aparición de prácticas corruptas, muchas de las cuales están siendo juzgadas en los juzgados ordinarios, en la audiencia nacional y en el tribunal supremo.

Sin esta crisis nacional las consecuencias de la crisis internacional hubieran sido menores, al menos en la destrucción de puestos de trabajo. 

La cifra de aproximadamente cinco millones de personas desempleadas, según la EPA (Encuesta de Población Activa), lo que representa una tasa de paro del 21,5 %, es insostenible para cualquier país por las consecuencias dramáticas que tiene en las familias, por la disminución de los ingresos del Estado, por el incremento del gasto en prestaciones de desempleo y por la disminución del consumo con la consiguiente menor demanda de bienes y servicios. Por otra parte la situación de desconfianza ante la posible perdida del puesto de trabajo o de congelación de sus salarios detraen igualmente la demanda interna, provocando un decremento de la producción y consiguiente en nueva perdida de puestos de trabajo.

Este deterioro de la situación económica ha provocado un desgaste que el gobierno saliente no ha sido capaz de salvar, azuzado por una oposición muy dura, que ha negado la sal al gobierno, que no solo no le ha apoyado, sino que ha puesto obstáculos, denigrando su actuación y la solvencia del propio estado español, ante unos “mercados” expectantes y ansiosos de sacar la mejor tajada posible a sus interés especulativos.

Las políticas aplicadas para superar la crisis, obligadas, exigidas por el gobierno de la Unión Europea y mas exactamente por Alemania, como motor de Europa y del Banco Central Europeo y elogiadas por el Banco de España, la patronal española y con la oposición del PP, no han tenido los efectos esperados; se ha continuado con la sangría de perdida de puestos de trabajo, con el consiguiente incremento del déficit publico y ha habido empecinamiento en seguir aplicando nuevas medidas de ajustes y recortes sociales, en una espiral de consecuencias cada vez mas difíciles de superar. En suma, políticas que no han dado estímulos a la economía, sino mas bien al contrario, han traído como consecuencia mayor decremento de la economía y mas perdida de puestos de trabajo, aunque presumiblemente han salvado a España de estar en el grupo de países cuya desconfianza ha obligado a la UE a acudir a su rescate, casos de Irlanda, Grecia y Portugal y últimamente Italia, que ha estado al borde de la intervención. Aunque quizás esto no sea sino alargar la situación.

En suma, el gobierno de Rodríguez Zapatero, obligado por las circunstancias, ha aplicado políticas contrarias al ideario del partido que le sostiene y que le llevaron a la Moncloa. 


La gestión de la crisis.


Es preciso admitir que la crisis económica no es la única razón de la derrota electoral, existen otros factores determinantes, entre los que se encuentran la gestión de la misma crisis.

Con anterioridad a las elecciones generales del 9 de marzo de 2008 comenzaron a llegar indicios claros de un periodo de turbulencias en al ámbito internacional. Por estas fechas la crisis financiera ha asomado en los Estados Unidos de Norteamérica, algunas gestoras de hipotecas subprime han quebrado y la reserva federal ha salido en auxilio de varias corporaciones inyectando fondos públicos. En la Unión Europea se comienza a notar la crisis financiera y el Banco Central Europeo debe inyectar fondos en entidades afectadas. Con la bancarrota de Lehman Brothers en USA, en septiembre de 2008, se produce el estallido definitivo, la crisis se hace expansiva y comienza a afectar a la economía real. Billones de dólares y euros, provenientes de fondos públicos, son destinados a salvar a las corporaciones financieras causantes de la debacle.

Por consiguiente, cuando Rodríguez Zapatero recupera el gobierno para una segunda legislativa, conoce lo que se avecina aunque no con la intensidad con la que finalmente se presento. Y esto no es otra cosa que una crisis financiera con repercusión en la economía real y una burbuja inmobiliaria local a punto de estallar. Un ciudadano de a pie puede desconocer lo que se nos viene encima, pero en ningún caso puede pasar desapercibido a quien tiene la responsabilidad de la gestión de un país. Por consiguiente, ignorar y negar esta realidad, incluso cuando ya hay evidencias de su gravedad, es de una extraordinaria irresponsabilidad.

En este nuevo escenario de inicios de la crisis, el gobierno aprueba una medida que va a repercutir en el entonces superávit de las cuentas publicas, la ayuda de 400 € a cada trabajador, pensionista, autónomo o desempleado. Esta medida, que ya se incluía en el programa electoral fue criticada por amplios sectores de la población, no solo por su oportunismo electoral sino por la inoportunidad ante la situación que se avecinaba e incluso fue puesta en cuestión por el propio ministro de Economía y Hacienda el Sr. Solbes.

La reiteración en la negación de la crisis inicialmente y en los posteriores anuncios de próximas salida de la misma, genero una falta de credibilidad en el presidente del gobierno, que se hizo extensiva a todo su equipo y por ende al PSOE, como sostenedor del mismo y defensor de sus políticas. La persistencia de la crisis y sus consecuencias, materializadas en un incremento del desempleo mes tras mes, han ido generando en el electorado la idea de que el gobierno socialista era incapaz de afrontar la situación, cualesquiera que fuesen las causas de la doble crisis, internacional financiera y local inmobiliaria. 

Posteriormente las medidas adoptadas, impuestas quizás por la Unión Europea, condicionada a su vez al imperio y dictamen de los mal llamados mercados (en realidad especuladores financieros), que no han tenido otro resultado que empeorar la situación, han ido alejando a gran parte del electorado socialista de su partido de referencia. Entre estas medidas cabe recordar la tibia reforma laboral, la reducción del sueldo de los funcionarios, la congelación de las pensiones, al aumento de la edad de jubilación y la reforma precipitada de la hasta entonces intocable Constitución española. 

Llegada a esta situación, ¿era posible otra alternativa, como una consulta popular o una convocatoria de elecciones anticipadas antes del verano? Seria prematuro y arriesgado presuponer a posteriori que cualquier otra medida hubiese llegado a un resultado electoral diferente.

Seria sostener un error la consideración de que el voto socialista en estas elecciones significa un acuerdo con las políticas llevadas a cabo por el gobierno socialista; mas bien se trata de una base electoral que no esta, de momento, dispuesta a abandonar a su partido de referencia.


Los pasados recientes.


No obstante, en ausencia de una coyuntura económica desfavorable, el PSOE, muy probablemente, también hubiese perdido las elecciones aunque no por mayoría absoluta. El declive del PSOE hay que buscarlo en las pasadas elecciones legislativas del 2008, en las que saco una ventaja al PP de 890.000 votos, cuando en las anteriores de 2004, esta diferencia fue de 1.263.000 votos. La razón principal de la victoria socialista en 2008 estuvo en los 17 diputados de más obtenidos en Cataluña y 6 en el País Vasco, respecto del PP. Sin estas dos comunidades autónomas, el PP habría ganado las elecciones en aquel año de 2008. Por consiguiente, hay que reconocer la existencia de una perdida de votos del PSOE, que van derivando en el transcurso de los años hacia otros partidos minoritarios e incluso hacia el partido popular.

Quizás esta perdida de votos al inicio de la segunda legislatura provenga de políticas no entendidas ni demandadas por la mayoría de su electorado, entre las que cabrían citar el empeño del presidente del Gobierno en promover una reforma de los Estatutos de Autonomía de las CCAA, con el consiguiente deslizamiento del PSOE hacia posiciones federalistas y nacionalistas y la instalación en la sociedad de un falso, ridículo e inútil debate sobre el termino nación.


Proyecto político y modelo organizativo.


En el reconocimiento de los errores esta la base para abordar un periodo de presumible larga oposición e ir elaborando las pautas para un comportamiento futuro en un nuevo gobierno socialista. Pero la rapidez con que se ha convocado el 28 congreso federal no da demasiadas oportunidades para resolver los múltiples problemas de índole interno y para definir un proyecto político de calado.

En todo caso el PSOE debe afrontar el futuro desde dos perspectivas, una de ellas de cara a su proyecto político y una segunda en cuanto a su modelo organizativo y de funcionamiento.

Respecto del proyecto político el PSOE hay que dejar claro que nuestra fundamental  seña de identidad es la lucha contra las desigualdades y la emancipación de los seres humanos lo que conlleva  contemplar aspectos como los siguientes:

1. El desplazamiento de la economía real por la economía financiera y especulativa y el sometimiento de los poderes públicos a los intereses de estas minorías. Las causas de la emergencia de este nuevo modelo de capitalismo son conocidas, como también su papel en la actual crisis económica mundial y el poder que ejerce en los gobiernos elegidos democráticamente. 

Las políticas adoptadas por el gobierno socialista han venido marcada por la presión de estos intervinientes ajenos al interés de la mayoría. Es preciso definir y determinar el papel que debe jugar la socialdemocracia en este nuevo escenario que esta poniendo en cuestión al propio sistema democrático.

2. La actual crisis económica esta derivando en una crisis política en la Unión Europea que tendrá como consecuencia una mayor cesión de soberanía de sus estados miembros, lo que va a dificultar la ejecución de políticas socialdemócratas en un solo país. 

Las políticas en materia monetaria, financiera y fiscal vienen ya determinada por el gobierno supranacional de la Unión y del Banco Central Europea principalmente. Esta nueva situación obliga a plantearse la necesidad de una acción conjunta de los partidos socialdemócratas europeos.

3. En otro orden de cosas, la sociedad actual ha evolucionado hacia nuevas formas de convivencia, de comunicación y de comportamiento. Hemos asistido a una revolución tecnológica que ha sido asumida por la ciudadanía de la forma mas natural y que esta abriendo un sinfín de posibilidades, limitadas exclusivamente a la imaginación y el talento de cada cual. Es importante aprovechar estas oportunidades para hacer al ciudadano participe de la acción política y social.

4. Esta revolución tecnológica tiene impactos muy positivos en la investigación científico y técnica y aporta un extraordinario valor a todos los sectores productivos y de servicios existentes y promueve el desarrollo de otros nuevos. 

El auge del sector inmobiliario ha impedido aprovechar estas  potencialidades y promover el desarrollo de una sociedad basada en sectores productivos ajenos al ladrillo.  

5. Durante los últimos años el reparto de la riqueza se ha distribuido de manera desigual, habiendo disminuido las rentas del trabajo en detrimento de las del capital, lo que no esta en consonancia con una adecuada política de izquierda. La acumulación de la riqueza en cada vez menos manos es la consecuencia natural de las políticas neoliberales aplicadas en las ultimas décadas. 

6. Las políticas sociales aplicadas durante la primera legislatura no han derivado en una rentabilidad electoral, lo que obliga a un replanteamiento sobre su necesidad, la forma en que se llevaron a cabo, los medios puestos a disposición para su aplicación efectiva o el rechazo social que en ocasiones provocaron.

7. En el sistema democrático español se dan situaciones, que tras más de treinta años de democracia debían estar superadas, entre ellas la modernización del sistema judicial. En necesario que la lucha contra el fraude fiscal y urbanístico sean perseguidos con mayor prontitud y eficacia y que los órganos judiciales estén al margen de los partidos políticos.  

8. Otra de las situaciones del sistema democrático español  que  debía  estar superadas es la  Laicidad del Estado como garantía del derecho de libertad de conciencia de toda la ciudadanía. En consecuencia es  preciso  asegurar la laicidad de las instituciones, la supresión de todo tipo de financiación pública de las iglesias, garantizar una escuela pública laica y  la derogación de los Acuerdos Internacionales con la Santa Sede


Respecto del modelo de partido, actualmente el PSOE parece un grupo endogámico que se mueve en torno a los siguientes parámetros:

1.- Durante los periodos de gobernanza política no se da una separación clara entre dirigentes del partido y miembros del gobierno, es más, se da una sumisión a la figura del presidente del gobierno, a la vez secretario general del PSOE y por consiguiente máxima figura política, incuestionada e incuestionable. Quizás deba cuestionarse si necesariamente el candidato a la Presidencia del Gobierno o de una Comunidad Autónoma deba ser el Secretario General. 

2.- Reproducción de este esquema estatal al ámbito de las Comunidades Autónomas y Municipios, promoviendo de esta forma a lideres locales igualmente  incuestionados e incuestionables. En suma la desaparición de los hiperliderazgos.

3.- Como consecuencia de los puntos anteriores las acciones de gobierno se alejan de los programas políticos del partido, vaciando de contenido a los congresos y a los órganos de representación (comité federal, comités regiones y ejecutivas en diferentes ámbitos). Las consecuencias evidentes son una perdida de democracia interna y una desafección de las bases.

4.- Otra consecuencia de los anteriores es la escalada de muchos militantes para ocupar puestos relevantes en el partido y entrar en el engranaje establecido, como forma de ocupar un cargo publico. La elección de personas del partido que no estén en el engranaje de mando y la de personas ajenas al partido, pero coincidentes en el pensamiento socialdemócrata, para ocupar puestos en las listas electorales, significara dar pasos importantes en la apertura del partido a la sociedad y acabar con la endogamia. Lo que conlleva a un cambio en los compartimientos personales siendo más receptivos a nuevas personas y a nuevas iniciativas.

5.- El interés de muchos afiliados por figurar en una lista electoral para cualquier cargo público, no siempre esta fundamentada en una visión de servicio publico, sino en la obtención de una remuneración  económica. Lo que finalmente supone un trauma de difícil superación personal, para quienes estando en esta visión equivocada de la política, han perdido su puesto y como en el reciente caso de unos diputados de la Asamblea de Madrid, reivindican una indemnización por perdida del escaño. La inclusión de personas en las listas electorales así como la elección de los cargos públicos deberán estar sometidos al principio de transparencia y quienes le proponen o eligen deberían dar a conocer sus motivos. 

6.- La ignorancia al afiliado de base, de aquel que no ostenta ningún puesto orgánico en el partido o en la administración publica, genera en aquel, desanimo, desencanto y busca fuera del partido la participación en la vida publica que le niega su propio partido. Esta es una forma de excluir a figuras relevantes de la sociedad civil progresista que no encuentran en el PSOE una vía para la exposición de sus ideas.

7.- El desapego del PSOE respecto de los colectivos sociales, culturales y profesionales, que tienen todo el derecho a ser oídos y a participar en la acción política con sus aportaciones, junto a la exclusión de las figuras relevantes de la sociedad tienen como consecuencia el predominio de la mediocridad sobre la inteligencia y el talento.

Deseamos que el Partido Socialista encuentre las salidas adecuadas a esta difícil coyuntura.


Diciembre2011/Enero2012