Los desafíos de la LOMLOE |
Escrito por Aurora Ruiz |
Lunes, 22 de Noviembre de 2021 09:35 |
Coordinadora del Colectivo Lorenzo Luzuriaga. Profesora jubilada
de Física y Química de Educación Secundaria. Directora General de Educación de
la Comunidad de Madrid (1983-1995). La ley orgánica 3/2020 de 29 de diciembre
(LOMLOE) manifiesta en su preámbulo que la finalidad de dicha ley es “aumentar
las oportunidades educativas y formativas de toda la población, contribuir a la
mejora de los resultados escolares del alumnado, y satisfacer la demanda
generalizada en la sociedad española de una educación de calidad para todos”.
Es una declaración de intenciones para lograr un Sistema Educativo equitativo,
inclusivo y de calidad, lo que implica proponer dos importantes desafíos a la
Educación española. El primero de ellos es el restablecimiento
del equilibrio constitucional, gravemente dañado, entre el derecho a la
educación y el derecho a la libertad de enseñanza; restableciendo así el pacto
constitucional del artículo 27 de la Constitución, con el consiguiente
equilibrio entre los derechos y libertades amparados y protegidos por la norma
fundamental. El segundo, es tratar de modernizar el
sistema educativo poniéndolo al nivel de los retos actuales de la sociedad del
siglo XXI, incorporando para ello los objetivos fijados por la Unión Europea y
la UNESCO para la década 2020/2030, mediante una nueva estructura curricular
acorde con la adquisición de competencias necesarias, de conformidad con la
recomendación de la UE de 2018. Respecto al primero de los desafíos, la
LOMLOE restablece la programación y la creación de centros públicos, de acuerdo
con el artículo 27.5 de la Constitución, determina que la columna vertebral del
sistema educativo es la enseñanza pública advirtiendo que los centros privados
concertados están obligados al cumplimiento de las normativas legales en cuanto
a su funcionamiento democrático, a la admisión del alumnado, etc. y elimina la
demanda social por la que anterior ley derogada (LOMCE) obligaba el
otorgamiento de los conciertos a los centros privados que lo demandaran. El gran reto para la Educación española es
lograr un modelo de escuela pública equitativa, inclusiva y de calidad capaz de
realizar una integración vertical de las clases sociales y otra horizontal de
integración de comunidades culturales y/o religiosas con el fin de conseguir
vertebrar social, cultural y territorialmente a nuestro país. Conseguir mejorar la calidad de la escuela
pública implica, en primer término, realizar la programación de la red de
centros sostenidos con fondos públicos con la participación y consulta de la
comunidad educativa a través de los consejos escolares municipales y
autonómicos, destinar los créditos de inversiones y utilizar el suelo público
exclusivamente para la creación de centros escolares públicos. Se requiere a su
vez, realizar un diagnóstico general de las instalaciones y dotaciones de todos
los centros públicos con el fin de determinar su estado y sus deficiencias, y
llevar a cabo un plan sistemático de mejora de sus instalaciones y, en su caso,
la remodelación o sustitución de aquellos centros que no respondan ya a las
exigencias de una educación digna y de calidad. Reforzar la enseñanza pública con mayores
recursos es la única forma de garantizar el derecho a la educación en
condiciones de igualdad. Las desigualdades socio-económicas entre los alumnos
se ven agrandadas en algunas Comunidades Autónomas por el mayor incremento de
los recursos públicos dirigidos a la enseñanza privada concertada en claro
detrimento de la pública. Para abordar el segundo desafío: modernizar
el sistema educativo poniéndolo al nivel de los retos actuales de la sociedad
del siglo XXI, la LOMLOE propone una nueva estructura curricular acorde con la
adquisición de competencias que todas las personas precisan para su realización
y desarrollo personales, una combinación de conocimientos, capacidades y
actitudes, de conformidad con la recomendación de la UE de 2018. La necesidad
de modificar el actual currículo, muy disciplinar y enciclopédico, con
demasiados conocimientos, a veces inabarcables, fragmentados y
descontextualizados, en el que se priman los contenidos académicos sobre los
procedimientos aplicables o las competencias básicas, es un clamor general. Ahora bien, llevar a cabo la implantación
de un currículo competencial en la dirección que la LOMLOE apunta requiere
considerar algunos elementos del sistema educativo que son precisos abordar en
paralelo, tales como: • Modificar la formación inicial del
profesorado que debería realizarse con una buena formación pedagógica que
permita aprender metodologías activas, diseñar aprendizajes basados en
proyectos, valorar el trabajo profesional cooperativo, ser competentes digitales
y adquirir las herramientas necesarias para ser capaces de descubrir las
diversas capacidades de cada alumno. • Realizar planes de formación para el
profesorado en ejercicio, vincular la formación a la práctica docente y confiar
en el potencial creativo del profesorado y en el valor del aprendizaje entre
iguales. • Poner en valor el trabajo docente
compartido. La codocencia, con dos o más profesores haciéndose cargo de varios
grupos de alumnos supone una buena estrategia para propiciar la transversalidad
del currículo, apoyar la enseñanza por ámbitos y por proyectos
interdisciplinares. • Modificar el modelo de evaluación para
lograr que sea más formativa que calificativa y que se realice de manera
colegiada. Se trata de evaluar no solo los conocimientos sino, sobre todo, los
procesos de aprendizaje y los distintos niveles en la adquisición de las
competencias que van consiguiendo los alumnos. • Fomentar la autonomía organizativa y
reforzar el liderazgo pedagógico de los equipos directivos para que puedan
adaptar su estructura organizativa a sus proyectos pedagógicos y curriculares,
y con capacidad para flexibilizar las agrupaciones de alumnos y crear nuevas
estructuras de coordinación. • Estabilizar las plantillas docentes en
los centros públicos, disminuyendo el personal interino e incrementando las
plantillas con personal fijo en la proporción necesaria para favorecer la
calidad del trabajo docente. • Adecuar los espacios físicos y el mobiliario
de los centros que permitan agrupar al alumnado por ámbitos o para la
realización de proyectos. • Facilitar al profesorado materiales
curriculares innovadores en distintos soportes y con distintos enfoques
metodológicos. Fomentar la innovación y promover investigaciones educativas, en
colaboración con las Universidades. • Favorecer la creación de Redes de centros
escolares que, en colaboración con las Universidades y con los Centros de
Formación del Profesorado, y facilitar el intercambio de experiencias y de
materiales para abordar un currículo más competencial e interdisciplinar. Llevar a cabo estas trasformaciones
requiere incrementar la financiación destinada a la educación, financiación que
debe mantenerse en el tiempo para revertir los recortes que se han producido en
los últimos años, hasta alcanzar la media que destinan los países europeos. El currículo básico oficial que se
establezca precisará de una revisión periódica y de una constante adaptación
acorde con los cambios sociales, económicos y tecnológicos que vayan surgiendo
y con las nuevas demandas de conocimientos que reclame la sociedad. Por último, señalar, la importancia que se
cree cuanto antes, según propone la LOMLOE el Instituto Nacional de Desarrollo
Curricular (INDC) con participación de las Comunidades Autónomas con la
finalidad de impulsar el nuevo modelo curricular y sus actualizaciones
correspondientes, centrado en los aspectos competenciales, de acuerdo con las
recomendaciones de Europa, la OCDE y la UNESCO, de manera que sea más útil para
el desarrollo personal integral de alumnos y alumnas en el marco de una
educación inclusiva. El INDC debería disponer de la estabilidad y del margen de
autonomía suficientes, de modo que se garantice su independencia de los cambios
políticos. |
Última actualización el Lunes, 22 de Noviembre de 2021 09:39 |